AFRODITA

Afrodita fue casada con el dios Hefesto, pero ella tuvo muchos amores con dioses y con mortales. Su apasionada aventura con Ares fue descubierta por su marido y provocó el enfado éste y la hilaridad de los dioses; de esta relación nacieron Eros y Harmonía. Compartió lecho con Hermes, de donde nació Hermafrodito, que tiene características masculinas y femeninas. Afrodita también se enamoró de Dionisio y tuvo a Príapo, célebre por su habilidad para la jardinería.

De sus amores con hombres destaca Anquises, de cuya unión nació Eneas. Son famosos también sus amores con Adonis.

Son muy frecuentes las leyendas en las que la diosa infunde amor a un mortal o interviene en los amores humanos, pero destaca el amor que provoca en Paris, príncipe troyano, y en Helena, esposa de Menelao, motivo de la guerra de Troya.

Aparece casi siempre acompañada por Cupido, con poca ropa, en posturas voluptuosas, con palomas y rosas.

DIANA Y ACTEON

Acteón era hijo del dios cazador Aristeo y de Autónoe. Quirón lo educó e hizo de él un gran cazador. Su mayor placer eran las monterías. En una jornada de cazase adentró en el bosque buscando un lugar fresco donde descansar.

A poca distancia había un valle consagrado a  Artemis. A pocos pasos se oía una fuente formando un diminuto lago. Era allí donde Artemis acudía a bañarse.

En tanto que la diosa se recreaba en su baño, Acteón se aproximaba con un destino fatal. Ajeno a toda sospecha, penetró en la cueva, contento por haber encontrado un lugar fresco para descansar. Al ver las ninfas a aquel hombre, gritaron para tapar a la diosa. La diosa se inclinó a un lado y cogiendo con la mano agua del manantial, roció la cara y el cabello del joven diciendo:- ¡ve y cuenta, si puedes, a los humanos lo que has visto!

El mozo se sintió sobrecogido de una angustia indecible; salió huyendo y pero se transformó en un ciervo. Intentó hablar pero no podía, no sabía que hacer. Solo le quedaba el corazón y su antigua inteligencia. Sus perros lo avistaron y lo persiguieron hasta clavarle los dientes.

Después de aquel horrible final de Acteón, anduvieron buscándole hasta que llegaron a la gruta. Este había modelado una estatua de Acteón y al descubrirla los perros se lanzaron mostrando como si hubiesen encontrado a su verdadero amo.

APOLO Y FAETONTE

Faetonte era hijo del dios Sol. De adolescente se entera de que es hijo de Apolo. Viaja al palacio de su padre, y le pide que le conceda un deseo. Le pide conducir el carro solar durante un día. Apolo se siente comprometido con su promesa cuando Faetonte insiste y pone a su disposición el carro y los caballos. Cuando se pone en movimiento Faetonte se queda paralizado y los animales se desbocan bajo sus manos inexpertas. El carro se desvía yendo a veces demasiado alto y amenazando a las estrellas, y a veces demasiado bajo, por lo que partes de la tierra se resecan o se queman. Zeus se vio obligado a lanzar su rayo para destruir el carro y Faetonte se precipita en una caída mortal. Sus hermanas, las Helíades, se lamentan junto a su cadáver y son transformadas en su dolor en álamos y sus lágrimas en ámbar amarillo.