domingo, 16 de enero de 2011

EL REINO DEL HADES

Para los griegos, los infiernos eran el lugar donde residían todos los muertos. No todos iban al mismo sitio: los condenados iban al Infierno, mientras que las almas nobles y generosas disfrutaban de los placeres de los Campos Elíseos.
En este reino se encontraba también el Tártaro, lugar donde habían sido encerrados los Ciclopes y los Titanes.
Sobre este reino de sombras gobernaba Hades, hermano de Zeus. Hades era un dios oscuro y poco sociable.
Para llegar hasta los infiernos era necesario atravesar un brazo de la laguna Estigia que cuando los muertos llegaban a allí, eran recogidos por un barquero, Caronte, que les cruzaba hasta la otra orilla cobrándoles una moneda de oro.
Después de cruzar el rio, aparecía la puerta del Hades. Se trataba de un portón custodiado por el Can Cerbero.
Una vez dentro, el recién llegado era juzgado por un tribunal y se le condenaba a vagar en las tinieblas o disfrutaba de una eterna primavera en los Campos Elíseos. Cerca del Tártaro solían vagar las Furias, encargadas de hacer cumplir los castigos de los condenados.
También se hallaban aquí las Parcas, que se encargaban de manejar los hilos del destino de los hombres, cortándolos cuando llegaba su hora. 
Toteninsel

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